Cuenca Rural

Viernes 13.06.2014En las jornadas realizadas la semana pasada en nuestra ciudad, en el marco del III Congreso Argentino de Fitopatología -del cual este suplemento cubre en la presente edición- se escucharon diferentes disertaciones sobre la problemática del HLB en cítricosm y de los daños que puede llegar a producir esta enfermedad si llegara a ingresar a nuestra zona de producción.

Todos los que disertaron sobre el tema recomiendan utilizar una de las mejores armas para no tener HLB, que es la prevención. Para que ello suceda, no hay nada mejor que cumplir con lo que las normativas establecen.

Conjuntamente con los trabajos que se desarrollan actualmente en las quintas, empaques e industrias, con el ya definitivo avance de la campaña citrícola 2014, se expusieron diferentes procedimientos de interdicción y de secuestro de fruta, que no cumplían con lo reglamentado por las autoridades sanitarias.

Hoy, los productores y todos los que se encuentran trabajando en la actividad -hoy con una cosecha de por medio-, en la segunda economía provincial de manera eficiente y cumpliendo las normas para prevenir el ingreso de esta peligrosa enfermedad, deben reforzar los esfuerzos que realizan con las instituciones que los nuclean, como la Asociación Tucumana de Citrus y Afinoa, y con la Secretaría de Asuntos Agrarios de la Provincia y el Senasa.

A pesar de los procedimientos que llevan adelante el Senasa y las autoridades productivas del Gobierno provincial, es evidente de que existen algunos procedimientos que no se ajustan a lo que corresponde.

Sin duda, existen personas a las que poco o nada les importa el futuro inmediato de la citricultura, al ingresar a la provincia frutas, plantas o material vegetal de otras zonas, sin que cumplan con los requisitos sanitarios. De esta manera, exponen a las plantaciones citrícolas de Tucumán a los peligros del ingreso del inóculo del HLB y que este se propague rápidamente, como lo manifiestan los especialistas en esta temida enfermedad.

En la actual campaña citrícola, que ya viene con problemas de producción debido a las heladas y sequías pasadas que perjudicaron la cantidad de fruta en plantas, no debe ser el pretexto para traer cualquier fruta para que sea procesada o industrializada en la provincia.

Falta de fruta

Es cierto que la falta de fruta impactará profundamente en el sector, ya que esta merma es muy importante porque Tucumán, normalmente, exporta como fruta fresca alrededor de 270.000 toneladas y destina 1 millón a la industria, lo que en esta campaña no sucederá.

Este año estiman una producción de 600.000 toneladas y los envíos al exterior como fruta fresca seguirán haciéndose para mantener los mercados. Lo que se exportará rondará las 170.000 o 180.000 toneladas de fruta fresca. Es por ello que para la industria quedarán alrededor de 400.000 toneladas, cuando lo normal es un millón de toneladas. A pesar de estos inconvenientes se debe prevenir y evitar el ingreso de material vegetal que pueda llegar a tener el inóculo o el insecto transmisor.

El HLB está presente en países limítrofes, sobre todo en Brasil con daños muy cuantiosos en sus plantaciones, y ya está detectada en Misiones, cuyas plantas fueron erradicadas. También se registra la presencia del vector no contaminado en las provincias del NOA.

Es por ello que debe afianzarse todo el trabajo del sector en conjunto que se realiza actualmente, y reforzar las estrategias conjuntas e integradas de control del psilido vector de la enfermedad, ya que se confirma que si no se realiza una estrategia en conjunto entre el sector productivo y el Estado para controlar los efectos de la enfermedad, la situación podría llegar a complicarse, más de lo que actualmente ocurre en Brasil.

Los movimientos del material vegetal "sí o sí" se deben cumplir con todos los requisitos sanitarios para evitar de cualquier manera el ingreso a la zona productora de material que no cumpla con todos las exigencias fitosanitarias.

En este sentido, los controles en ruta deben ser más efectivos, tanto en los fijos como en los móviles, extendiendo a mas controles realizados por los agentes sanitarios a los camiones, a los vehículos particulares para no descartar ninguna posibilidad de que "se filtre" la enfermedad.

Es fundamental que para lograr estos objetivos haga falta generar un mayor presupuesto, pero la importancia económica que tiene la citricultura no puede permitir que la falta de mayores recursos impida un control extremadamente estricto como lo requiere esta enfermedad letal para las plantas cítricas.

Para ello se debe seguir con campañas de información permanente de la peligrosidad de esta enfermedad, algo fundamental para que todo el sector y todos los habitantes de la región tomen conciencia al respeto.

El futuro de la citricultura depende que se logre cumplir esos objetivos trazados por las autoridades fitosanitarias, apoyadas por el sector productivo, y para ello no deben bajarse los brazos en los controles sino afianzarlos más.

Gustavo Frías Silva
La Gaceta